Diversidad de
metodologías para responder ala diversidad de alumnos.
El modelo de
escuela comprensiva en la enseñanza obligatoria fuerza a los centros a tener
que hacer uso de diferentes instrumentos para facilitar la atención ala
diversidad de las necesidades educativas del alumnado. Utiliza mecanismos para
que todos los alumnos del aula independientemente de sus características sean
capaces de aprender lo máximo dentro de sus posibilidades.
Cuanto más aprendan los centros y su
profesorado a utilizar recursos ordinarios menos necesitaremos el uso de
medidas de atención especiales, que afecten solamente a una parte del alumnado,
es decir, cuanto más atención prestemos a las necesidades del alumnado
ajustando nuestra actividad educativa dentro del aula –incluida la metodología-
y ofreciendo los soportes específicos dentro del aula (como por ejemplo
introducir profesorado de apoyo en la clase, en lugar de retirar al alumno o
alumnos con dificultades), necesitaremos menos medidas excepcionales de
atención que, en todo caso, reservaremos para aquel alumnado que las necesite
de forma adicional a un currículo tan compartido como sea posible con el de sus
compañeros.
Los profesores
y profesoras de la nueva enseñanza obligatoria necesitamos conocer y practicar
nuevas formas de gestión del aula que nos permitan afrontar el reto de una
enseñanza de calidad para todo el alumnado con confianza y garantías de éxito.
Hay que sacar provecho de la participación de los adultos en el aula (padres,
madres, profesores de apoyo…); sacar provecho de la capacidad de cooperación
entre el alumnado; y, precisamente, ver las diferencias entre los estudiantes
como un elemento enriquecedor y de ayuda en nuestra labor educativa.
Un recurso que
se quiere poner al alcance de los profesores es la tutoría entre iguales (peer
tutoring) poco conocido en nuestro país, pero que es la forma de instrucción
mas efectiva.
Presentamos un instrumento que hemos diseñado,
aplicado y evaluado con la finalidad de que todos aquellos docentes que lo
deseen dispongan de un mecanismo más de atención a la diversidad.
El producto
resultante de este trabajo es una propuesta práctica, y que se beneficia de dos
recursos a menudo menospreciados –o incluso percibidos como perturbadores- por
la escuela tradicional o selectiva.
Estos recursos
son:
-
el poder de colaboración
entre alumnos. La escuela tradicional ha dejado de lado la posibilidad de que
los alumnos se ayuden y aprendan entre ellos, dando por sentado que el profesor
es el único poseedor de saber. Pero sabemos que es posible movilizar la
capacidad mediadora del alumnado, utilizándola como un recurso para nuestra
labor docente.
-
La diferencia de niveles
dentro del aula. A menudo éste es un elemento visto por el profesorado como un
factor perturbador de su tarea educativa. Así, por ejemplo uno de los
argumentos de los detractores de la reforma educativa era la dificultad que
entrañaba gestionar un aula de alumnos con niveles dispares de competencias. En
esta experiencia, en cambio, no sólo se presentan las diferencias de nivel
entre el alumnado como una realidad natural y saludable, sino que además se
obtiene de ellas un beneficio pedagógico.
Como
estrategia instruccional de atención a la diversidad, el trabajo cooperativo o
el aprendizaje entre iguales ha sido destacado como un elemento de primer orden
por los autores defensores de la escuela inclusiva estos métodos de aprendizaje cooperativo se basan
justamente en la heterogeneidad de los alumnos, la necesitan. Es una
metodología que no sólo reconoce la diversidad, sino que obtiene de ella un
beneficio instruccional.
Por ese motivo
el aprendizaje entre iguales es un recurso para la atención a la diversidad o
una metodología privilegiada para la enseñanza inclusiva.
Relevancia educativa y social del aprendizaje entre
iguales.
La práctica escolar de secundaria, las
interacciones entre iguales –entre los alumnos- eran consideradas como un
factor entorpecedor de la actuación docente que había que eliminar o por lo
menos limitar. La riqueza de estas interacciones, ha sido durante generaciones
sustituida por una única interacción entre un profesor y un número elevado de
alumnos.
El
constructivismo, al sostener que el alumno construye su propio conocimiento a
partir de un proceso interactivo en el que el papel del profesor es mediar
entre el alumnado y los contenidos, da pie a considerar que, en determinadas
circunstancias, los iguales (los propios alumnos) puedan desarrollar este papel
mediador y aprender los unos de los otros.
De hecho, investigaciones de las últimas
décadas muestran sobradamente que la interacción entre iguales –en este caso
alumnos- puede incidir en aspectos tan variados como el proceso de
socialización, la adquisición de competencias sociales, el control de los
impulsos agresivos, la relativización de los puntos de vista o el incremento de
las aspiraciones y del rendimiento académico.
Para la escuela, el trabajo en grupo
cooperativo no es sólo un motor para el aprendizaje significativo y una potente
estrategia instruccional de atención a la diversidad, sino que además es un
recurso para el aprendizaje de habilidades prosociales y un aprendizaje en si
mismo altamente funcional para la sociedad del conocimiento.
Slavin señala (1995, p.50): <<el
aprendizaje cooperativo no es únicamente una metodología instruccional para
incrementar el éxito de los alumnos, es también una forma de crear un ambiente
feliz y prosocial en el aula, fundamentalmente para los buenos resultados
afectivos e interpersonales>>
La
instrucción basada en el aprendizaje entre iguales se fundamenta en una serie
de valores, que desde la enseñanza secundaria nos debe interesar mucho
potenciar, como son la colaboración, la ayuda mutua y la solidaridad.
El establecimiento de relaciones
cooperativas entre iguales en los contextos escolares se muestra no sólo como mecanismo de desarrollo y
aprendizaje sino también como estrategia instruccional que permite celebrar la
diversidad y adquirir habilidades y actitudes sociales básicas para el
funcionamiento democrático y funcional para la sociedad del conocimiento.
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